La verdad es que casi no sé por dónde empezar.
Lo que originalmente iba a ser un proyecto ilusionante, con piezas buscadas con tiempo y esmero, además de un pellizco de dinero (fijaos cómo debo estar que se me van cayendo los pareados) terminó como el rosario de la aurora, con una pelea entre yo y yo mismo, llegando a autolesionarme mientras intentaba montar el relojito de marras. :eek:
Torpe que es uno, no hay más que decir, amén de una aciaga tarde de esas en que todo sale mal, TODO. :ouch:
Bueno, empiezo para los que no se hayan enterado de la cosa:
En principio el proyecto era éste: Mi próximo proyecto ¿qué os parece?
Y la cosa no iba mal hasta que se empezó a torcer todo y mandé a hacer gárgaras el invento.
Pero, hete aquí que como soy de un natural inquieto, esta mañana paso por Correos a enviar unos documentos y el amable cartero me avisa diciendo que tenía esperándome “otro paquetito” (léase esto con un retintín característico conocido por más de uno de los aquí presentes)
El paquetito en cuestión era un pedido que había hecho a Gran de unos plexis para el difunto reloj que yacía, parte en el contenedor de basuras, parte en la caja de los restos de quirófano que guardo para otras fechorías.
Y como uno es como es, y no puede-de-cambiar, mientras trabajaba por la mañana empecé a darle vueltas a la cabeza y a elucubrar cossitas feas relacionadas con los plexis y demás.
Total, que a media tarde llego a casa, y me encuentro con que la cajita me quema en mis malheridas manos (todavía tengo las yemas de los dedos como espárragos cojonudos, oséase, inflaos completamente)
Y como no iba a ser de otra manera, me encuentro que mi destino es el meterle mano a lo que queda de mi destrozo anterior a ver qué invento. Y los más avezados seguidores de mis atrocidades habrán inferido que parece que mientras menos prepare las cosas, mejor pinta van teniendo. Pozí, tengo que reconocerlo, eso de comprar, preparar con tiempo las cosas, buscar piezas compatibles al final no son más que cosas de marikitas frikis de los relojes. El macho español improvisa sobre la marcha, y si no tiene una pieza, se la inventa. Así ha sido y así será siempre en mi caso, es mi declaración de principios que aquí hago pública.
Pues bien, ¿por dónde había quedado el tema?
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Pues así mismo, esto tenía más mala cara que La Masa con gastroenteritis, con el bisel rayado, un plexi que no era el suyo -se caía solito- y sin tripas porque éstas se habían ido a la porra ellas por su propia iniciativa, debido a ese interés que tienen los calibres en mi casa de desmontarse espontáneamente.
Por tanto, en previsión de lo que se avecina me preparo un brebaje tranquilizante.
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Y saco a nuestra compañera de fatiguitas.
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En este momento vamos a hacer un viaje temporal y nos desplazaremos un par de días hacia atrás para ver lo que había pasado con la caja del Bagel, que eso tiene su intríngulis.
La susodicha se me había caído nada más sacarla del plastiquito de burbujas en que vienen embutidos estos relojes, con el resultado que os muestro.
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Bueno, pues esa mínima marca que se ve en la caja al natural se notaba bastante más, y si uno es un tiquismiquis de la perfección (y tiene gracia que yo diga eso, con lo baturro que soy trabajando los relojes…) pues no se puede-de-aguantar. Así que, ni corto ni perezoso, invoco a la bella durmiente para que acuda en mi ayuda.
!! LA DREEEEEEEEEEMEEEEEEEEEEEEEEEEL ¡¡
:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D
Ya la echábais de menos, ¿a que sí?
Por cierto, dos cosas:
1.- Me estoy dando cuenta que tiene más mierda que el rabo de una vaca.
2.- Me estoy dando cuenta (2) que tanto hablar de la Dremel, tanto hablar de la Dremel, y no es una Dremel, sino una de esas baratillas. Que digo yo que si os queréis poner de acuerdo y financiarme una de verdad, por mí no hay problema, y a lo mejor rompo menos relojes. :bye:
Prosigamos. Empiezo con este invento. Aladdin y pasada suavita a ver si mejora el paciente.
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NEGATIVO, eso no le hace ni cosquillas, así que paso al siguiente nivel. Veo que hay un botecito de pasta en la dotación de herramientas de la mal llamada Dremel, y procedo a darle un churretazo de esa pasta y meterle caña. Resultado: como diría el ínclito Jesulín, eso quedó IM-PREZIONANTE. :wao:
Ha quedado más igualada que las caras de los hijos de Ruiz Mateos.
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Y si habéis sido observadores, habréis notado que la rosca de la corona está un poco “perjudicada”
Pues sí, es verdad, tuve la feliz idea de quitarla para ponerle otra corona roscada y con mi habitual savoir-faire, le metí tal pellizco con los alicates de punta fina a la rosca que la hice pedacitos.
!Qué barbaridad¡ Estoy más fuerte que una tortilla de caramelos Halls.
Nooooo paaaaasa na. Todo controlado, al poco ya salió, como muestra la siguiente foto.
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Y la corona puesta, una licencia artística que me he permitido, al colocarla dorada.
Bueno, volvamos al presente y sigamos con la atrocidad. El caso es que ahora me había quedado sin bisel, sin agujas, sin movimiento y casi sin ganas de seguir. Pero así es como a mí se me dan mejor las cosas, con lo que me fui a mi caja de los horrores y rescaté a la siguiente criatura que sería sacrificada por un bien mayor.
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Le quitamos la tapa trasera y vemos el movimiento DG.
Dial y agujas. Estas últimas son las que voy a adaptar al muertito. Eso que se ve en la segundera es un efecto de la luz, estaba perfecta (estaba) :ouch:
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En fin, que como no tengo extractores de agujas, que se fueron a hacer gárgaras en mi anterior operación los dos que tenía, pues con cuidadito y una pinza las he sacado.
Miento, HAN SALTADO. :choler:
La segundera enganchada en la camisa
La horaria en el pantalón
La minutera donde siempre acaba algo de mis operaciones… en el rincón de las pelusas y cables del suelo. :ah:
Lo importante es que las he recuperado las tres y ahora me dispongo a colocarlas en el dial.
Pero antes hay que colocar el dial en el movimiento. Lo malo es que es un dial para ETA 2824-2 y este calibre es DG, que se parecen lo mismo que un huevo a un bocadillo de mortadela, así que tengo que romper una patilla del dial; pego el aro metálico de separación de dial y el movimiento con una gotita de Loctite, la patilla que queda viva la meto en un orificio del calibre y en el otro extremo, ya que estamos puestos le echo otra gotita de pegamento. El día que tenga que quitar el dial me voy a reir bastante…
Al final el dial se queda literalmente pegado al movimiento.
El insert del bisel al final decido ponerlo negro, porque lo veo más estético y también porque no tengo otro, que el rojo me lo cargué. Como tiene tendencia a despegarse algo por culpa del plexi que hace presión sobre él, le pego un churretazo de Loctite y se queda más agarrado de una pelea de monos. En cuanto a la correa, busco en la caja de los desastres y trinco una de piel de un tono marrón rojizo que, después de pasar por un tratamiento con aceite de silicona (otra de mis ocurrencias) casa muy bien con el inminente resucitado. Ya la veréis, paciencia. :cold:
Al colocar la segundera, veo que no entra ni a patadas, algo le debe suceder, así que pillo una compatible, que previamente he envejecido siguiendo la tradición más cutre de la que hay registros (con betún de Judea y marcador permanente amarilllo) :ouch::ouch:
Ahora ya me voy viniendo arriba y como estaréis viendo, no hago ni fotos del proceso. Mi cabeza es un maremágnum de ideas locas y mis manos con los dedos porrones deambulan sobre las herramientas y piezas desperdigadas sobre la mesa de operaciones en un desenfrenado baile que desemboca en lo que ahora os voy a enseñar…
Pero eso será más tarde.