Hace un par de semanas, víctima de mis paranoias estéticas, le hice un trasplante de movimiento a mi Parnis Power Reserve.
Quedé contento con la estética, pero el nuevo movimiento adelantaba 45 segundos diarios. Buena ocasión para regular el reloj y aprender un poco más. Si fastidiaba algo, tenía el otro movimiento para volver atrás.
Ha sido muy instructivo (y quizá también… destructivo).
Expongo en este post lo que he aprendido leyendo por ahí y de la experiencia práctica.
Pido disculpas por la extensión del escrito, pero he tenido que saltar por mucho sitio web buscando información, y me parece interesante recopilarlo todo aquí, por si fuera de interés a otros novatos.
Ruego a los expertos que me corrijan donde sea necesario.
Primero, algunos conceptos a tener en cuenta al regular el reloj, y que no siempre están claros (los ejemplos son arbitrarios).
PRECISIÓN:
Suele confundirse con la exactitud, y al final ambos se usan indistintamente, pero no son lo mismo.
La precisión hace referencia a la consistencia con la que el reloj ofrece sus resultados.
Un reloj que adelante 41 segundos a plena carga, 45 casi descargado, 42 dial arriba, 43 dial abajo, y 40 corona abajo, es un reloj sumamente preciso, porque sus resultados son muy consistentes, muy similares, en todas las situaciones.
La precisión (consistencia) es difícil de conseguir, y es una prueba de calidad del diseño, construcción y ensamblaje del reloj.
Un buen equilibrado del volante, una espiral bien centrada, un material insensible a cambios de temperatura y campos magnéticos, holguras mínimas, fricciones controladas, paralelismos perfectos, florituras como una transmisión por cadena y fusé para compensar el cambio de fuerza con la carga… y mil detalles más son los que hacen que un reloj sea preciso.
No se consigue precisión simplemente con mover una palanca, es algo más profundo. Y una vez conseguida la precisión, lograr exactitud es relativamente fácil.
EXACTITUD:
La exactitud hace referencia a la integridad de la medida del tiempo respecto de un patrón.
El reloj del ejemplo de arriba adelanta unos 45 segundos al día. Su día es demasiado corto. Su órgano regulador va demasiado rápido. Es preciso (consistente, predecible), pero no exacto.
Un reloj también puede ser exacto, sin ser preciso.
Un movimiento de calidad justita puede tener un comportamiento muy errático. Puede atrasar 30 segundos mientras lo llevamos puesto y adelantar 35 durante las 8 horas que lo dejamos dial arriba en la mesilla al dormir. Quizás se dispare de ritmo cuando tiene poca carga. No tiene un comportamiento consistente en distintas circunstancias. Es poco preciso.
Y sin embargo, si atrasa 30 s por el día y adelanta 35 durante la noche, al final sólo habrá ganado 5 segundos en 24 horas. Pese a lo errático de su comportamiento, al final su día es más próximo al real que el del primer reloj.
Es más exacto que el del primer ejemplo, pese a ser menos preciso.
AJUSTE:
El ajuste es el proceso por el cual se busca mejorar la precisión en el mecanismo (una vez más, un rendimiento consistente en todas las situaciones).
Es un proceso laborioso y delicado que en última instancia sólo llegará tan lejos como la calidad del diseño, materiales y fabricación lo permitan.
El relojero podrá limpiar y lubricar el mecanismo, equilibrar el volante, dejar la espiral bien centrada y orientada en su eje, la zona exterior bien concéntrica, etc.
Cuando leemos en un reloj “ajustado en 5 posiciones”, la palabra “ajustado” no es aleatoria. Se refiere exactamente a este proceso.
Al final, si los dientes de las ruedas no tienen el perfil que deberían, si los mecanizados tienen holguras, si los materiales son muy sensibles a campos magnéticos o a cambios de temperatura, llega un punto en el que no se pueden hacer milagros.
REGULACIÓN.
Es el proceso por el cual se cambia el ritmo del reloj, su base de tiempos.
Se supone que es más sencillo que el ajuste. Quizá suponga variar la capacidad de un condensador en un reloj de cuarzo, o mover una palanca para cambiar la longitud del muelle espiral en un mecánico para que vaya más rápido o más lento.
Como vemos, no es casual que la parte del reloj que cambia la longitud de la espiral se llame “regulador” y no “ajustador”.
Queda claro que regulación y ajuste son cosas distintas. Con el ajuste se cambia la precisión. Con la regulación se cambia la exactitud. (En realidad no es tan simple, se influyen la una a la otra, pero la esencia del concepto es esa).
JUNTÁNDOLO TODO:
Dicen que es preferible que un reloj sea preciso a que sea exacto. Conseguir precisión no es trivial, y si es preciso de partida, se tiene lo difícil conseguido.
Si el reloj es preciso (está bien ajustado) es fácil hacerlo exacto. Como siempre gana o pierde más o menos el mismo tiempo, basta con regularlo esa cantidad de tiempo para conseguir una notable exactitud en todas las circunstancias. Y regular es comparativamente fácil.
En el reloj del primer ejemplo, bastará con mover su regulador para hacer un poco más larga la espiral del volante. Si se retrasa su ritmo 44 segundos al día, se tendrá una exactitud estupenda, que variará poco con los patrones de uso de su dueño, sean cuales sean, porque la máquina es precisa de partida.
Y al contrario, un reloj impreciso es muy difícil de regular.
¿Para qué condiciones lo regulas?
Los 5 segundos netos del segundo ejemplo son para el patrón de uso de una persona concreta, quizá muy activa durante el día y que se quita el reloj y lo deja dial arriba por la noche. ¿Y si otro usuario tiene un trabajo pasivo y no se lo quita para dormir? ¿Y si el reloj es manual y su dueño lo somete a descarga profunda antes de cargarlo de nuevo, en vez de hacerlo cada mañana?
Si el reloj hace lo que le da la gana según cómo lo uses, elegir el valor de regulación es un compromiso.
Siempre habrá compromisos, pero serán mayores y más arbitrarios si la precisión de partida es mala, porque el comportamiento será más variable
EN LA PRÁCTICA.
Los usuarios normales poco podremos hacer para mejorar la precisión, esto es, para ajustar nuestros relojes. En los tutoriales que he visto se desaconseja explícitamente tocar aquellos elementos que pueden alterarla (aunque eso lo leí demasiado tarde…).
Donde sí podemos actuar con facilidad es en la exactitud, regulando nuestro reloj.
No somos fabricantes que vayamos a vender relojes a usuarios variados y desconocidos. Regularemos NUESTRO reloj. Y somos animales de costumbres. En general usamos nuestros relojes de forma bastante previsible. Podemos conseguir una gran exactitud aún con una precisión mejorable sobre la que no podemos o no queremos hacer nada.
Lo primero es caracterizar el comportamiento del reloj. Llevarlo unos días haciendo el uso de él que normalmente hagamos, y viendo qué adelanto o retraso neto tiene en el periodo en que lo usamos.
Ese será el valor de regulación que tendremos que buscar, y no que dial arriba vaya perfecto respecto del radiocontrolado, porque sabemos que en uso normal quizá no tenga el mismo comportamiento.
Para cambiar el ritmo de un reloj mecánico hay que modificar la longitud efectiva de la espiral del volante. Si la espiral es más larga oscila más despacio. Si es más corta, más rápido.
En la mayoría de los relojes la espiral está sujeta en un extremo a una palanca llamada portapitón que gira sobre el puente del volante. Ese soporte del extremo, forma parte del ajuste del reloj, y no debe tocarse.
Otra palanca en forma de raqueta guía la espiral entre dos pivotes minúsculos, y puede rotar en un sentido u otro, variando el punto en el cual la espiral comienza su oscilación, y con ello, su longitud efectiva y el periodo de dicha oscilación.
Si movemos esa raqueta hacia el final de la espiral (hacia el portapitón) aumentamos su longitud, con ella el periodo de oscilación, y el reloj atrasa. Y al contrario si reducimos su longitud.
Eso puede hacerse de diversas formas según el reloj que tengamos.
Algunos tendrán un “regulador de cuello de cisne”, que hará girar el pivote al actuar sobre el tornillo que empuja el muelle cuya forma da nombre al regulador.
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Otros tienen una leva y un tornillo excéntrico que al girar causa la oscilación del pivote de regulación.
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Y los más, tienen una raqueta que debe moverse simplemente empujándola.
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Esa raqueta gira con relativa facilidad, y es muy fácil pasarse de movimiento. Hay que proceder con cuidado. En mi primer intento moví la palanca unos 15º de un golpe, y el resultado fue que el reloj pasó de 45 segundos al día, a 15 segundos CADA HORA.
Conviene ir muy poco a poco, y preferentemente ayudados de una lupa para asegurarnos de que no vamos a tocar la espiral como tal. Si la deformamos accidentalmente, el resultado será catastrófico.
Yo el ajuste final lo hice dando toquecitos con las pinzas. Aún bajo el microscopio, no se veía movimiento apreciable en la palanca. Y aun así, en la práctica el ritmo del reloj cambió la cojonésima que le faltaba para quedar “fetén”.
Una precaución importante:
La raqueta de regulación debe girar libre e independientemente del portapitón.
En mi caso, debían estar más apretadas de la cuenta y se pegaron. En el primer desplazamiento de 15º de la palanca reguladora… arrastré los mismos 15º el portapitón.
Así que ojo.
¿Y QUÉ PASA SI MOVEMOS EL PORTAPITÓN?
En algún sitio he visto que se referían al portapitón también como “palanca de isocronismo”.
Genéricamente, isocronismo significa que el reloj mantenga el mismo ritmo en todas las circunstancias. Pero específicamente, cuando leemos grabado en un movimiento de gama alta que está ajustado el “isocronismo” se refiere al cambio de ritmo del reloj a medida que pierde carga.
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A medida que la carga del reloj se reduce, la amplitud de la oscilación del volante también lo hace porque el muelle principal aporta menos fuerza. Esas oscilaciones de menor amplitud hacen que el reloj tienda a ir más rápido.
Si el reloj no está bien ajustado, esa tendencia empeorará.
Y ahí es donde llegamos al motivo de no tocarle los “pies” al portapitón.
La rotación del portapitón cambia la posición en la que queda el volante en la posición neutra del muelle espiral, o sea, cuando el volante no está oscilando.
En esa situación el eje del áncora, la joya de impulso y eje del volante deben estar perfectamente alineados.
Eso hace que el áncora impulse al volante con la misma fuerza y durante el mismo tiempo en ambas direcciones, y por tanto, que su oscilación sea simétrica y tenga la misma amplitud (y periodo) cuando oscila hacia ambos lados.
En palabras muy libres pero muy gráficas, consigue que el “tic” dure lo mismo que el “tac”.
Hmmm ¿Y qué mas da, si al final la oscilación completa tiene el mismo periodo?
Pues importa mucho. Porque a medida que perdemos carga, llegará un momento en el que el impulso en una dirección sea insuficiente. Primero el reloj cambiará mucho su ritmo, y finalmente, se parará aunque aún le quede “cuerda”, porque una de las batidas del áncora no es capaz de transmitir fuerza suficiente al volante para hacerlo oscilar.
MI GRAN ERROR
De esto que acabo de exponer, me enteré demasiado tarde. Y si este post es tan plomazo, es para que otros no caigan en el mismo error (aunque dudo que muchos lleguen hasta aquí…)
Yo he movido la raqueta del portapitón por desconocimiento.
Mientras usé el reloj y su reserva de marcha estuvo al 100% el rendimiento fue espectacular. Ganaba 2 segundos durante el día, y los perdía durante la noche. De forma notablemente consistente. Tras la primera semana de uso estaba en +4 segundos.
Me las prometía muy felices. Hasta que me quité el reloj, fue perdiendo reserva me marcha… y al final me lo encontré parado 15 horas después. Se había detenido al llegar a 30 horas de reserva.
Ahí fue cuando me puse a investigar y descubrí el portapitón y el isocronismo.
He intentado reajustarlo a mano, por ensayo error, moviendo poco a poco la posición. Pero intuyo que este ajuste es tan delicado como el de regulación. No consigo que el reloj baje de 30 horas de reserva de marcha, y es perezoso a la hora de echarse a andar si no está a tope.
Así que, consejo para los que hagáis esto por primera vez:
NO LE TOQUÉIS LOS XXXXNES AL PORTAPITONES.
¿Alguien me aconseja sobre cómo reajustar el reloj?
Y como preveo el resultado…
¿Alguien me da una referencia a un relojero de confianza al que se lo pueda enviar?
Gracias, un saludo, y disculpas infinitas por el hiper-peñazo.
