Creo que esa clase de cosas entran dentro de lo “habitual” en cierto porcentaje cuando uno vende.
Cuando me hacen una oferta ridícula (y esto no es subjetivo: estaría justificado ofrecer la cuarta parte de lo que el vendedor pide si el vendedor intentara vender por un precio 4 veces superior al precio de mercado de la pieza, y este precio es relativamente fácil de conocer a no ser que se trate de rarezas o piezas de muy alta gama), yo siempre digo que sí, que acepto el trato.
Luego, cuando insisten en obtener los datos para el pago (o incluso quedar para hacer la transacción “en mano”), simplemente me olvido de ellos. Puestos a pasarse de listos, podemos pasarnos de listos tanto los compradores como los vendedores.
Luego están los que te piden todo lujo de datos, garantías y detalles, sin comprometerse en ningún momento a comprar, y luego se enfadan cuando les dices que se lo has vendido a otro. Me pasó con un Garmin 910XT con banda HRM, fuera del foro. Fue bastante divertido porque al no tener 100 mensajes en el foro, lo puse en venta en milanuncios. Esto fue por navidades pasadas, un domingo. Un reloj sin estrenar, sin sacar de la caja, virgen, comprado en amazon y con fecha factura de dos días antes. Precio de venta nuevo entre algo más de 300 y algo menos de 400. Pedía 210. Era, con bastante diferencia, el más barato de milanuncios, incluyendo los usados y trillados. Puse el anuncio y me metí en la ducha.
Cuando salí de la ducha, diez minutos despuės, tenía como 15 whatsapps:
El primero: “te ofrezco 100 por el reloj”. Le dije que sí y le pregunté como quería hacer el pago, y luego me olvidé de él.
El segundo: “va con la factura?”. Le dije que iba con factura y garantía, y que el reloj estaba comprado dos días antes. “Mándame la factura por mail para que yo lo pueda ver, y si acaso hablaré con un amigo de un cuñado de un nieto segundo mío que vive cerca de donde estás tú para que lo recoja”. Le dije que si quería ver la factura, que viniese a por el reloj y que no sólo la vería, sino que además se la llevaría.
El tercero: “Aún lo tienes?”. Le dije que sí, que aún lo tenía. “Vale, pues me lo pienso y te digo algo” (??) (este al día siguiente “ya se lo había pensado” y me dijo que le interesaba, por lo visto el cabreo que agarró cuando le dije que ya estaba vendido fue de órdago…tuve que bloquear su número en el whatsapp). Parece ser que hay algunos que creen que el mundo está a la espera de lo que ellos decidan, pero que ellos “pueden tomarse su tiempo, sin problemas”.
El cuarto: “Si aún lo tienes me interesa, pero no tengo coche y no puedo venir a verlo hasta el lunes”. Le dije que se lo podía mandar. Él me dijo que prefería verlo pero que si realmente se ajustaba a la descripción se lo iba a quedar. Le dije que si venía el lunes a por él, era suyo. Quedamos así, él cumplió, yo también, y todos contentos.
En el resto de mensajes había de todo, “mareadores de perdiz” y compradores serios (más de uno que vivía cerca de casa, lo pasaba a recoger al cabo de un rato y con la pasta por delante). Pero yo me había comprometido con el primer comprador serio y, aunque hubiese sido más cómodo decirles a estos que sí y enviarle un mensaje al primero diciéndole que no, cuando uno se compromete, hay que cumplir (por ambas partes). A estos les dije que el reloj estaba apalabrado pero que en todo caso, si no se vendiese, serían los primeros en saberlo. Los compradores serios se distinguen por entenderlo y darte una respuesta cordial y cortés. Los papanatas/ cantamañanas reaccionaban airadamente “pero si acabas de colgar el anuncio, lo has puesto para vacilar?” o simplemente ni se molestaban en responder un simple “De acuerdo” o “gracias”.
Tuve que quitar el anuncio al cabo de una hora de haberlo colgado, porque el teléfono echaba humo.
Saludos.