Vaya por delante que, después de un par de intentonas poco satisfactorias, yo prácticamente he descartado adentrarme más en el mundo vintage. Lo considero el coleccionismo horológico por excelencia (junto con la relojería gruesa), pero mi interés por los relojes no llega tan lejos como para lidiar con las dificultades asociadas (chapó, señores).
Y si no quiero líos para mí mismo, no te voy a decir lo contrario a ti, así que también tendería a recomendarte la serie SARB.
Ahora bien, casi todos los SARB con la estética KS/GS originaria están descatalogados.
En realidad, casi no hay diferencia de tamaño entre los modelos de la serie SARB que se basan en los clásicos y los clásicos mismos (no más de un milímetro o dos).
Aún pareciéndome una serie muy, muy digna, no estoy seguro de que los acabados de la serie SARB sean no ya mejores sino comparables a los King Seiko.
En algún sitio escribí que una vez comparé mi primer GS (producción actual) con el SARB031 (no conservo ninguno de los dos) y, teniendo en cuenta la diferencia de precios, este último pasaba el examen con nota. Lo creo sinceramente.
Aun así, a mi entender, estamos hablando de categorías diferentes. Los King Seiko solo están un paso por detrás de los Grand Seiko de la época. Y no todos: los KS Chronometer son GS con otro nombre.
Como es sabido, los Grand Seiko son el primer intento nipón de “igualar” (léase “superar”) los estándares suizos. La historia de la competencia entre las dos grandes factorías de Seiko (Suwa = GS / Daini = KS) y lo que produjo en términos de calidad está bien explicada en algunos hilos de este y otros foros. En diferentes momentos, los King Seiko se beneficiaron de los avances de los GS y en ocasiones compartieron movimientos (series 44xxx y 45xxx).
Los relojes de la serie SARB tienen otras pretensiones y el 6R15 es un movimiento de producción masiva.
En cuanto al estado de conservación de los KS, hay de todo. Es cierto que hay que tener mucho cuidado porque hay mucho cachondo. Piezas originales reemplazadas por otras que vaya usted a saber, diales pintados en negro que nunca existieron, medallón posterior falsificado, relojes pulidos catorce veces y mucho movimiento machacado (ojo con cualquier cosa que no proceda de Japón)… Pero los ejemplares bien conservados tampoco son infrecuentes. Y a no ser que todos los usuarios mientan, la precisión de los movimientos, 50 años después, muchas veces es asombrosa.
Por cierto, como a mí no me gusta demasiado el Sumo, si te decides por un diver, te recomendaría que le echases un vistazo al Tortuga: mucho más modesto, con movimiento más básico, pero desde que me lo compré no uso nada más (bueno, casi).