Hoy, un ruso se ha ido a la Costa Brava, porque tenía ganas de comer erizos.
Ya os enseñé, con el Crono Viajero, otra “garoinada” (que es como se llama). Me encanta, y he vuelto a repetir.
Primero, el Amphibia Misión Vostok 5-6 (el de caja Ministry y dial rojo), ha ido a dar un paseo.
Se ha querido hacer una foto junto a unas coloridas flores de romero.
El paseo le ha llevado hasta la playa de Llafranc, un precioso pueblo.
El día era brillante, y apetecía tomar el sol. Hasta un velero ha salido a dar un paseo.
Ya encontramos el anuncio de la Garoinada. Esta es la del Hotel Llafranch, pero hay 10 restaurantes de localidades cercanas a Palafrugell que hacen este menú especial (aunque en muchos más se pueden comer erizos).
¿Ya es hora de comer?
Otro ángulo de la playa de Llafranc.
El dial rojo del Vostok resaltaba en el brillante día soleado.
En la puerta del hotel Llafranch había una cesta llena de erizos (vivos, pero imagino que muriéndose, al sol), para anunciarla.
Los erizos de mar tienen su temporada gastronómica el primer trimestre del año. Es cuando hace frío, y cuando están cargados de la puesta que harán en primavera. Lo que se come son las gónadas, los aparatos reproductores. Habitualmente se comen crudos, con una cucharilla, después de haberlos abierto por abajo.
En catalán se llaman “garoines”, de aquí el nombre de la campaña. Este año es la edición nº26, y aquí teneis su cartel, que me ha gustado especialmente.
No hemos comido la Garoinada en ese hotel Llafranch, sino en un restaurante de Palafrugell. El menú es muy parecido en todos: una docena de erizos (crudos), y de segundo una fideuà o un plato alternativo de pescado (o en algunos sitios, arroz negro). Como postre, varaciones hechas con recuit.
Aquí teneis la docena de erizos, preparados para comer.
Mirad con detalle uno de ellos. Después de abrirlos por debajo, se limpian, y se dejan prácticamente sólo las gónadas (los aparatos reproductores), que tienen esa forma de gajos anaranjados. Por eso se comen en invierno, porque es cuando los erizos están cargados, justo antes de la primavera, su época reproductora.
Aquí teneis al buzo ruso, poniéndose las botas.
Como os he dicho, para extraer lo que se come, hay que hacerlo con una cucharita, teniendo cuidado de no pincharse.
Después de acabar con la docena de erizos (que tienen un sabor muy penetrante), ha llegado la fideuà, con guisantes, almejas, mejillones y cigalas. Toda esa cazuela era para mi solo…
Pero, como veis, no he dejado nada…
Del postre no he sacado foto, pero como ya he dicho, era una mousse de recuit (una especie de mousse de cuajada), con confitura de higos.
Bueno, esto ha sido todo. Espero que os haya gustado.
Para los que querais probarlo, hasta final del mes de marzo dura esta promoción de la “Garoinada”.
Felicidades (con pelín de envidia).
el reloj muy acorde, por el color, digo