Buenos días. Recién recibido de la “página de la perdición”, y libre de todo pecado fiscal, os presento este vistoso reloj de bronce.
Abrimos la caja, y nos encontramos dentro un práctico estuche de viaje, de nylon negro cerrado con cremallera.
Abrimos y vemos que en su interior hay un compartimento de rejilla cerrado con cremallera con la correa accesoria, y otro en el que va el reloj sujeto con una tira elástica.
La correa extra, de silicona y personalizada, viene con la contundente hebilla de bronce, idéntica a la que monta el reloj. No tiene mal tacto ni aspecto, y va en el color de la esfera, aunque dudo que la use, no me van los cauchos ni las siliconas.
Aquí lo podemos ver junto al que hoy me he puesto, el Seiko SKX009 del sorteo de vuelta al cole, al que le he calzado una correa de perlón azul.
Antirreflejos no parece que lleve en el soberbio cristal de zafiro de doble curvatura que equipa
El color turquesa de la esfera es simplemente sublime (para mi gusto), y el contraste con el dorado de saetas, índices y caja, precioso.
Como hemos visto, se trata de un reloj sumergible de 300M, con corazón japonés: Seiko Instruments NH35A automático.
Corona decorada:
Preciosa trasera en acero inoxidable grabada con motivos “Hawaianos”
Detalle de la contundente hebilla
Puesto, no se hace pesado ni incómodo, al menos en los 21 cm de perímetro que mide mi muñeca izquierda
Y una serie de fotos al natural, intentando huir de los reflejos de la iluminación interior
Y esto es todo. Me ha gustado, contundente, diferente… puestos a ponerle pegas, la correa de piel de dotación está más tiesa que el “fistro” de Tutankamón, pero eso es fácilmente solventable. El bronce viene manchado, cosa que habrá a quien le parezca un problema, pero para mí le aporta carácter al reloj. A ver qué tal envejece.
Gracias a todos por leer.