Os comento, el porqué he puesto el título de “Vaya pena”, trabajo en una fábrica muy grande, y hay muchos compañeros que conocen mi afición.
Esto supone que a veces me vengan con dudas sobre relojes, tanto actuales, como otros que les han llegado de rebote, principalmente, heredados.
Cuando es así, me vienen con lo que para ellos, son como tesoros, y que van a sacar un dineral…
Yo siempre les digo, que no busquen el valor económico, que seguramente, no será mucho, pero que si busquen el valor sentimental, y que si lo han heredado, el mejor tributo que pueden hacer, es llevarlo en la muñeca, o guardarlo, como un recuerdo muy importante, que después pueden heredar sus hijos…
La mayoría, me hacen caso y puedo decir, que algun compañero mio, trabaja con un Certina de oro, o con algún Omega, eso sí bien protegidos, porque nos movemos por terreno industrial.
Pero ayer me quedé totalmente descolocado, cuando vino un compañero y me enseño este longines, totalmente de oro (según él, yo solo he visto fotos)…
Me pareció, un reloj precioso, en un estado impresionante, para los cerca de 50 años que debe de tener (creo que debe ser de los años 70).
Pues bueno, después de verlo, me tranquilizo, me sereno y le vuelvo a decir, lo que les digo a todos, “disfrútalo, o ponlo a buen recaudo, para el día de mañana, que esto, más que reloj es una joya y sobre todo, un recuerdo…”
Y me contesta " no, si es que somos tres hermanos y lo que queremos es repartirnos el reloj", y le vuelvo a decir, “a estos relojes, no se les puede poner precio”, a lo que me contesta, “no, si lo voy a llevar a un compro-oro”…
Ya no supe que decirle y pensé “Vaya pena”…
Quería comentaros este suceso, que me pasó, desde la tristeza de ver pasar una pieza que para mi, era inalcanzable, preciosa y una auténtica joya.
Y que seguramente acabará (como muchas otras), fundida, por el desconocimiento de personas que no tienen, nuestra afición por estas máquinas del tiempo.
Que se le va a hacer.
Un saludo a todos.
