El salto a la fama de Michael Madsen tuvo lugar en 1992, cuando protagonizó la escena más polémica de Reservoir Dogs. Su imagen torturando a un policía en el segundo largo de Tarantino, donde interpretaba al atracador Señor Rubio, no solo fue el momento cumbre de su carrera, sino también el comienzo de la reputación del cineasta como enfant terrible.
Durante los años posteriores, Madsen encadenó películas de cierta relevancia (las dos entregas de Liberad a Willy, Wyatt Earp, Donnie Brasco…) con multitud de cintas de bajo presupuesto, de las que podía rodar un número prodigioso cada año. En 2002, hizo sus pinitos en la saga de James Bond, enfrentándose al superagente Pierce Brosnan en Muere otro día.
Fue al año siguiente cuando Tarantino volvió a contar con él para el díptico Kill Bill, convirtiéndole en hermano de David Carradine y en uno de los enemigos de aquella Uma Thurman con katana. En 2015, actor y director coincidieron de nuevo en el ‘antiwestern’ Los odiosos ocho.
Otro western, Resurrection Road, es la última película estrenada hasta ahora con Michael Madsen en su reparto. A esta, y a sus otros 328 títulos, habrá que sumar las 18 cintas que aún tiene en postproducción.
Jodo, está noche precisamente, he vuelto a ver “los odiosos ocho”, y pensé que en esta no se lució especialmente…(No que esté mal), puñetera casualidad ,lo siento por el. DEP
Dicho esto, yo pienso que como actor era regulero, pero tenía mucho carisma y había participado en pelis top. EMHO, su mejor papel en Reservoire Dogs, su cara de psicópata es brutal!