La solución de todos los males.
Un aula española:
Ahora una finlandesa:
Una pregunta, compatriotas. Estando en clase, en la EGB, en BUP, en COU… hasta en la facultad o escuela universitaria ¿cuántas veces llamaba al orden vuestro profesor? ¿Una vez por clase?, ¿dos veces?, ¿veintisiete?
A veces pequeños detalles son muy reveladores…
He oído por ahí que los primeros días de “clase” en otros países, como Finlandia, hablo de lo que conocíamos como “parvulario” con cuatro años, dejan a los niños que hagan lo que quieran. No los obligan a sentarse en los pupitres, que recuerdan los bancos de galeras… los dejan estar y hacer lo que quieran. Horas, puede que el día entero. Al día siguiente igual. Según ellos han podido comprobar que muchos de esos mocosos pasan su tiempo en los patios de recreo jugando. Tienen de todo. Pero llega un momento en el que los críos se hartan de jugar. Llega un momento en el que los juguetes, los columpios, el parque, lo que sea que tengan ya no les llama la atención y sí lo hace una cosa que hace el tutor en la pizarra dentro del aula. Les llama más la atención las cosas que escribe y habla. Son cosas nuevas que les descubre conocimento.
Esto es muy gordo. Y nuevo.
Porque consiguen que los mocosos tengan inquietud por saber.
¡Esto es la leche!
Consiguen que los dos o tres, o veinte críos hartos de jugar se sienten comodamente en esos “salones de aprendizaje”, no aulas, con ganas de descubrir qué está diciendo ese tío que está allí hablando…
Ese profesor, muy seguramente no tendra que gastar expresiones del tipo “Callaos”, “Silencio”, " Rodriguez que le veo…"
Maravillosa estrategia.
Nunca fui buen estudiante pero recuerdo haber tenido en alguna ocasión una sensación de angustia por querer saber qué contaba el profe y no poder tener la tranquilidad por culpa de 4 ó 5 cafres que no paraban de meter bulla.
El ambiente en clase era especialmente hostil. Y la única manera de tener esa calma era bajo amenazas del profesor. Y viví la epoca en la que los profesores tenían que recurir a los pescozones.
Estoy seguro que a vosotros os ha pasado lo mismo.
No hace mucho vi un vídeo en YouTube de un profesor jovencillo amenazando a sus alumnos, que por culpa de su comportamiento les iba a ir mal en la vida…
Qué alentador.
No culpo a los profes. El problema es nuestro sistema educativo. Y ese problema es el inicio de todos los demás. De todos.
Ahora saldrá alguien hablando de los primeros en suicidio… como si aquí no hubiera.
Yo te hablo de zagales de 13 o 14 años que saben perfectamente 4 ó 5 idiomas. Que estudian y se preparan. Ven a mi pueblo y echa un vistazo a la fauna que se atrastra por la calle. Y a sus “padres”.
Seguramente estaré equivocado pero me da la sensación que su estrategia educativa es mucho mejor que la nuestra. Y que nosotros podríamos cambiarla… pero no se hace. Todo sigue igual. Enviamos a los críos a galeras para que no nos molesten en casa. Somos unos genios.
Mientras esto siga igual, mientras sigamos con este sistema de obligar a los crios, seguiremos fomentando futuros problemas.
Y el hecho de que esto no cambie también me parece revelador. Da la sensación de que conviene que esto no cambie. ¿Por qué?.
¡Qué asco!
Perdonadme por el tostón. Solo quería compartir esto.
Que insisto, estaré equivocado y posiblemente ya esté cambiando la situación… pero me da que no. Y parece que a nadie le importa. Ojalá se hablara de esto igual que el futuro de Luis Enrique.