… qué cabrón. La verdad es que la foto fue pim-pam-pum en la puerta del viejo almacén; se ha contratado a una grafitera para que tuneara lo del 150 aniversario y es un flipe el trabajo que hizo la chica. Y yo no soy ningún modelo, pero palabrita que no hay fotochof… es raro que un servidor salga así de bien.
PD la indumentaria, obligación de la hija, que me dijo que ni de coña fuera a un sarao así con mis camisetas habituales jevorras. Así que polito Lacoste y toda la hostia, ya sabes.
PD2 Para que veas lo chulo que ha quedado el portón del almacén, adjunto documento acreditativo, y foto de la pantalla led anunciadora, jajajajajaa
Ya tuve el placer de leer esa reseña y escucharte en la radio hace unos días Qué “formalico” se te ve ahí con tu “poloniqui” y todo
Tu libro lo está ahora leyendo mi padre, y me dice que le gusta. Y yo, que ya lo leí al poco de recibirlo, voy casando recuerdos propios de estas fechas navideñas con los que tú tejes en el libro, recuerdos que siguen un (no tan) sorprendente paralelismo. Y me hacen sonreír, aunque a la vez me evoquen a personas queridas que ya no están aquí.
Me paso lo mismo …. Identificado con muchas vivencias y situaciones…. Altamente recomendable… y es un libro en toda la extensión de la palabra… tapas duras, papel de calidad (nada de papelillo de fumar), pesa, ilustraciones de calidad… un gusto, ademas de la lectura, en lo que se siente en mano
Es que tengo un papel muy limitado en el docu. Los protas son la chavalería. De hecho acabo de llegar a casa hace media hora precisamente de la proyección y posterior coloquio en la Cineteca de Matadero. Ha estado divertida, la verdad. Con el director y una de las actrices hemos respondido a las preguntas del público.
Y sí: con este careto no puedo aspirar a más, para qué engañarnos.
Ya somos dos.
Yo participé en “El Corazón de la Tierra” y me vistieron con ropa vieja, me tiznaron la cara y me pusieron a picar piedra (hacía de minero de principios del XX) , por feo.
Vaya por delante que me ha encantado, no sé si porque aunque algo más joven que Ignacio (unos 7 años calculo), los pasajes que hablan de los años 80 me han hecho retrotraerme a mi propia infancia/juventud, o quizás porque mi abuelo también participó en esa guerra que desangró este pais, y cuya herida no conseguimos cerrar del todo más de 80 años después.
Mi más sincera felicitación por el libro, Maestro.
Por privado, te comentaré más profundamente sobre el libro, la historia y otras historias.
Yo… es que… no sé. Me siento abrumado por vuestras elogiosas crónicas. Es todo tan apabullante, tan inesperado, que no puedo por menos que daros unas gracias enormes. Sinceras. Desde el fondo de mi pequeño corazón de escritor modesto y sorprendido.