Este fin de semana estuve en un lugar que reúne las tres cosas que me gustan, que son fotografía, pueblos abandonados, y viajes. Además también coincidió el tema de fotografía con un curso de fotografía nocturna, que es algo no muy habitual.
El entorno no sé si es conocido por muchos, es el pueblo viejo de Belchite, que creo que es el único Lugar que se dejó sin reconstruir desde el final de la guerra, de alguna manera para recordar lo que pasó y que nunca se repita. Desde hace tiempo, el acceso está vallado y restringido únicamente para las visitas, debido al riesgo de derrumbe y también por el vandalismo.
Posiblemente, esto pudiera originar algún tipo de resquemor, entre nosotros, por la sensibilidad del tema histórico y del lugar pero únicamente quiero compartir las fotografías, y el reloj llevado. Nada más.
La entrada se realiza a través de un portalón, sobre el cual hay una leyenda que ya transporta de alguna manera a años atrás.
La calle principal. Sobre el arco de la fachada, hay una ventana donde se cuenta que estaba un francotirador que tenía visión de toda la calle y tenía orden de disparar a todo lo que se moviese…
El reloj que me acompañó el fin de semana, el gama Gibraltar, bajo unas condiciones de calor y secano muy muy acusadas.
La plaza del pueblo. Detrás de la Fuente estaba el Ayuntamiento. En cada lugar de interés, hay una foto explicando la historia y como estaba en su momento.
La fachada de la iglesia de San Bartolomé, que es uno de los edificios más fotografiabas junto con la iglesia de San Agustín
En la puerta de la iglesia, posiblemente la foto más conocida de Belchite, una jota triste…
El interior de la iglesia, obviamente, con los techos de ruidos, por los bombarderos y por el inexorable paso del tiempo
Otra foto de la calle principal
Ya por la noche, fotografía de las dos iglesias en el interior, estuvimos haciendo pruebas de Light Painting e iluminación, aunque a mí me gusta más, tal y como están
La torre del reloj que está en la plaza al lado de una cruz, que se hizo en homenaje a los muertos en la guerra. Según cuentan, el número de cadáveres era tal y la dificultad de enterrarlos debidamente, que se decidió incinerarlos todos en este sitio.
Y por último, otra foto del reloj
En resumen, un sitio que merece la pena ver, el curso de fotografía nocturna para quien le guste la fotografía es muy recomendable, y la gente es cada vez más torpe y en general se esfuerza menos o poco por conocer las herramientas que tiene. Concretamente, en el caso de la fotografía, muchísima gente no sabía enfocar de modo manual, o parámetros básicos como cambiar la temperatura del color. Pero que igual qué pasa con las cámaras de fotografía pasa con todo. Como comenté yo en una de las conclusiones, la tecnología nos hace tontos si no nos esforzamos, y sufrimos el riesgo de desaprender.
Gracias por leer, un saludo y buena semana.
Gracias por leer.