Y es que las compras por internet, y especialmente en eBay han cambiado mucho en los últimos años. No hace tanto se podían encontrar piezas más que interesantes en subastas que terminaban a precios muy bajitos y que permitían hacerse de unos relojes con calidades más que aceptables.
Ahora ya no. Ahora, los vendedores (chinos, especialmente) han aprendido y no se permiten el lujo de “regalar” relojes. O les colocan precios de salida altos, o directamente los sacan en “Cómpralo ya”. De hecho, notaréis que paulatinamente el porcentaje de relojes que salen a subasta es menor en detrimento de lo que están a precio de venta directamente.
Esto no estaría mal, porque estos señores venden relojes para ganar dinero, de no ser porque la calidad de las piezas de precio reducido es cada vez menor hasta el punto de que actualmente, la inmensa mayoría de relojes “balatos” son un petardo infumable, y salvo compra compulsiva o tontería similar no interesa lo más mínimo el desembolso económico, porque lo que vas a recibir es un señor mojón. Y esto va unido indefectiblemente a que los precios de estos mojones es cada vez más alto.
¿Os acordáis de los ínclitos MQJ? Relojes que por 20-25€ nos han dado un juego tremendo en el foro. Ahora por ese dinero apenas alcanza para un reloj tipo Soki o aún peor. Y lo normal es que los quieran colocar por precios superiores.
Es verdad, todavía existen relojetes en la horquilla de los 10-20€ (en Ali aún se pueden encontrar) pero cada vez son menos y cada vez con peores prestaciones. Es casi imposible ver un reloj barato con caja de acero, movimiento que no sea un nefando genérico chino hecho con metal reciclado de latas de anchoas, o que por lo menos, no traiga algún defecto importante de fábrica.
Esta mañana, organizando mis cosas, me he llevado una alegría al ver un reloj que tenía olvidado. Uno de esos de lo que os hablo, de los que se encontraban hace unos años (en concreto, esta pieza es del verano de 2013) y que estaba en su estuche y sin uso.
Sinceramente, no recuerdo el precio al que salió, pero os puedo asegurar que fue una de esas compras maestras en una subasta. Anticrisis total.
Y cuando me he puesto a mirarlo con detenimiento es cuando me ha venido a la mente esta reflexión que con mi fluida prosa os acabo de describir.
Un reloj “Germanasian” de estética Pilot, dial B.
Mirad que preciosidad:
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41 mm. de diámetro. En la muñeca cae muy bien, ya sabéis, cosas de no tener bisel. La marca es Alado, parece que fue un frustrado intento de sacar una marca de relojes económicos con una cierta calidad y una presentación resultona. De esta marca, poco después de su compra por mi parte, nunca más se supo.
Fabricado totalmente en acero inoxidable, y con un movimiento DG de los que hoy son tan escasos en relojes económicos.
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Hasta se permitieron “personalizar” el rotor, y, por increíble que parezca, no con una pegatina, sino con un grabado sobre el metal.
Pero lo que me llama la atención especialmente es el cuidado por los detalles en los acabados. Por ejemplo, mirad el interior de las asas, con un pulido perfecto.
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Muchos relojes de muchísimo más precio no tratan con cariño a esas zonas que van a quedar menos expuestas a la vista, pero aquí sí que se nota, a pesar de lo económico de la pieza.
El resto del reloj, igualmente bien hecho, mirad la carrura y corona.
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Por otra parte, la correa es normalita, parece piel, aunque no sé yo si lo será. Al igual que la hebilla, corrientita y con un grabado láser.
Un reloj BBB, que tuve la fortuna de pillar a muy buen precio, y que luego vi en “Cómpralo ya” en la tienda de este mismo vendedor -ya desaparecido- a precios bastante razonables.
Total, que estas son las cositas que se podían pillar hace algún tiempo y que hoy ya es imposible. Y sólo es uno de los muchos ejemplos que os podría poner de mis experiencias en incursiones por la bahía. Eran otros tiempos que dudo que vuelvan, y que recuerdo con cariño porque le daban a nuestra afición un componente aventurero que echo a faltar. Ahora todo se reduce a pagar cada vez más dinero por piezas que cada vez valen menos.
Recordad que hablo de los relojes “balatos”.
Aunque bien mirado, creo que este mismo razonamiento podría extrapolarse a casi todas las marcas relojeras… una pena.