Arriba Seiko Sportsmatic, abajo Seiko Seahorse, ambos con el Calibre 7625. El de arriba, 40 mm de diametro (comprado a USA) y corona oculta, el de abajo 38mm (heredado del otro abuelo de mi MDD)
Mi padre leva toda la vida con el último seiko que has puesto!!!
Lo tiene con esfera blanca y sin las letras de seahorse.
Me puedes decir qué sabes de ese modelo?
Lo único que te puedo decir es que lo he estado buscando por internet y no he visto gran cosa de él. Su referencia es 7625-8031 (octubre 1967). Como en todos los Seiko que tengo, el primer número corresponde a su calibre y el segundo al modelo de caja. El que tienes justo encima es el 7625-8233 (febrero 1969) y pertenece a la linea Sportsmatic.
Mi padre tiene sólo 3 relojes… uno que fue de mi abuelo, de oro, que nunca se pone, un rolex que le regaló la empresa cuando se jubiló y que se habrá puesto 10 días en 10 años… y el seiko, que no se lo ha quitado ni para partir leña y cavar en el pueblo…, fíjate si aguantan…
En casa ése seiko es “el reloj de mi padre” y el único que asociamos con él…
Recientemente le pasamos una revisión y quedó como nuevo…, cuando vaya a su casa, le tiro unas fotos y os lo enseño…
Es curioso que gente como nuestros padres y abuelos compraron relojes y los usaron para todo lo que hacían, y han llegado funcionando hasta aquí funcionando.
El amor que tengo a los vintages se debe a estas dos cosas: una es objetiva, porque me dice la cabeza que un bien de consumo que sea capaz de funcionar y conserve su apariencia saludable durante cuarenta años no es habitual, es algo casi extraordinario. Pero la segunda razón es más emocional, y tiene que ver con el hecho de que han “vivido” lo mismo que sus dueños, pegaditos a ellos, y no han fallado nunca.
Preguntaos cuantos relojes del mercado actual tienen ese valor añadido…
Por otra parte, los relojes de cuarzo no van durar lo mismo que los mecánicos, con lo que su aporte emocional radica en nuestra infancia, en el mejor de los casos, pero no más allá. No es lo mismo un Pogue que el primer G, por más que los dos hayan estado en el espacio.
Por eso he dejado de lado los relojes de cuarzo. No busco la comodidad en esto, ni sus funciones, ni su dureza, ni la posibilidad de reemplazarlos por un bajo coste.
No puedo tener un Patek, pero en el fondo quiero compartir su filosofía cuando dicen “realmente nunca posees del todo un Patek, sólo lo custodias hasta la siguiente generación”.
Como sé que no voy a durar más que una vida, y que los valores que pretendo inculcarle a mi hijo puede que no arraiguen, los relojes serán entre nosotros un hilo común. Por eso quiero comprarme relojes de mayor valor económico, para que por lo menos ese aspecto haga que quiera conservarlos y así llegue a apreciarlos.