Bott es o era una manufactura que, como tantas otras, hacía relojes. Está registrada en Suiza desde 1925.
Este reloj que Bott fabricó en los ‘70, todo en madera, es una reproducción del famoso reloj alemán de la Selva Negra Waaguhr. Existen muchas empresas y manufacturas que hoy día siguen haciendo este reloj para los turistas curiosos. O para turistas, o curiosos. Y para los entusiastas de la relojería gruesa que no tenemos dinero para uno del siglo XVII, claro.
Los Waaguhr fueron los primeros relojes de madera que hacia 1640 se fabricaron en la Selva Negra para las clases no pudientes. Estos alemanes, acostumbrados a las tareas y las faenas manuales, copiaron el mecanismo de manera rudimentaria y sin adornos de un reloj que también un alemán y en el siglo XIV había construido en París. Estoy hablando de nada mas y nada menos que el reloj del entonces Palacio Real de Carlos V. Corre el año 1370, año en que el reloj con foliot y escape verge se presenta al mundo de manera oficial.
El nombre de este genio fue Heinrich Von Wick, o Henri de Vic, o Henry de Vick; según el idioma. Por supuesto que su reloj fue uno monumental; la copia muy modesta, pequeña y descolorida de los Waaguhr, igualmente, hacía honor a la rudeza y perseverancia teutónica del gran reloj creado por de Vic. Y mi pequeño Bott es un sencillo homenaje directo a los Waaguhr e indirecto a Henri de Vic, quién me parece no ha tenido el suficiente reconocimiento a su enorme contribución al desarrollo de la relojería mecánica.
Este reloj, el Waaguhr, era muy rudimentario y sencillo: todo de madera, sin adornos, desnudo mecanismo, y como peso una piedra colgando que duraba 12 horas.
Mi Bott, el que ven en las fotos, también está construido en madera, con solo una aguja ( tal y como aquellos Waaguhr y el de de Vic ) y cordel del que penden los contrapesos. Sus medidas en cuanto al cuerpo son: 37 cm x 12 cm x 11 cm.
Me encanta, Gabriela. Siempre me han fascinado estos relojes tan primitivos, aún recuerdo siendo un crío, allá por los 70 del siglo pasado, que era relativamente frecuente encontrar relojes de estos en casas de amistades de mis padres, casi siempre como objetos decorativos, aunque alguien los tuviese en marcha.
Además de este, recuerdo uno que me hipnotizaba, cuyo escape eran unas cadenitas con una pesa minúscula colgando del foliot, que al tropezar con unos alambres, se arrollaban en ellos y se desenrollaban, e iban de esa forma regulando el movimiento.
Si tuviese una casa enorme, sería como el Rey D. Carlos IV, la tendría llena de relojes.
Me has hecho recordar que también los vi en mi niñez, quedándome embobado con los giros, sino en casa de algún familiar, en casa de alguna de las amistades de mis padres. No los he vuelto a ver.
Gracias !!
Menos mal que mi piso es pequeñito, siempre dice mi marido, porque sino estaría lleno de relojes ¡¡¡ jajaaa !!!
El reloj que mencionás es un péndulo volador.
De esos no tengo ninguno.
saludos
Cada vez que entra alguien en casa se queda embobado mirando el reloj ( está a la entrada ).
saludos
Que maravilla de ejemplar Gabriela, me encanta!. Estuve hace años en la Selva Negra, viendo muchos relojes de pared, de hecho me traje uno, pero como este o parecido no vi ninguno.
Desde que era joven que vi un “reloj ingenio” En una tienda de Venecia, de los que tienen pendulo de bolas que se arrollan y desenrollan, quise tener uno. Desde entonces he buscado, y lo mas parecido que he encontrado con péndulos móviles son los llamados Aniversario, 400 dias. Es verdad que son hipnóticos, sobre todo los que tienen esos escapes de bolas con balancines, cadenas o artilugios. No se como se denominan ni se como buscarlos. Si me pudierais ayudar, decirme de alguna pagina, os lo agradeceria.
Por cierto, el reloj que nos muestra Mr. Bones es precioso. Tambien he pensado en alguna ocasion comprar uno.
Todo es cuestión de paciencia. Yo lo ví por última vez hace no muchos años en un pueblecito de la Val d’Arán, en Bossòst concretamente, en una tienda de cosas rústicas de decoración. Debí habérmelo comprado, pero era una etapa en un viaje largo (de ahí nos fuimos al valle del Dordogna y después a Lyon) y no era plan de cargar con un reloj de pared.
EDITO: He encontrado a unos artesanos catalanes que los hacen y a un precio muy bueno.
