Hoy en día un reloj digital de acero, con tapa roscada, con una buena legibilidad, sumergible 200 metros, con buenos acabados y buen diseño, con un módulo completo y con una buena duración de batería, lo consideraríamos un buen reloj y probablemente asumiríamos un precio alto por el mismo, incluso de “lujo” según que gamas de CASIO.
Si trasladamos esas características a 1982 (38 años atrás), estaríamos hablando de un reloj “de alta gama” en aquellos momentos. Y ese es precisamente el protagonista de la reseña de hoy, un fantástico DW-1000C de 1982 (módulo 280), de la familia “Water Sports” que compartía familia con los Marlin y que representa la antesala a la familia G-Shock que nacería el año siguiente (1983). El nombre tampoco creo que sea una casualidad, a lo largo del tiempo las numeraciones “1000” han sido reservadas para modelos bastante simbólicos.
Se trata de un modelo con caja de acero y tapa roscada con un efecto espejo que es realmente espectacular, de manera que parece que tengamos dos relojes en uno según incida la luz en la pantalla, como se puede observar en la imagen animada.
Las prestaciones del módulo son las siguientes:
PANTALLA PRINCIPAL: hora (formato 12/24 o AM/PM), día, mes y día del mes.
CRONO: 59.59 mostrando la hora actual.
TIMER: 12 horas, mostrando la hora actual.
ALARMA: diaria, muestra la hora actual y avisos cada hora y cada media hora.
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Originalmente lleva un bisel de color negro atornillado en el frontal de la caja y es la pieza más débil por el paso del tiempo, estuve valorando dos opciones: hacer una de plástico negro o una de “fibra de carbono” (que creo que le sentaría genial), pero de momento se queda así.
Como ya había mencionado, el módulo tiene una duración de pila de 7 años, lo que hoy en día es una duración extraordinaria, pero es que el paso de los años no hacen mella en estos modelos, la visibilidad del display es excelente en cualquier situación, los botones funcionan de maravilla y la luz y sonido están como el primer día, cualquiera diría que no han pasado 40 años.
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Ni que decir tiene las sensaciones del reloj, se nota cuando lo tienes en la mano que se trata de un modelo “serio”, muy bien hecho, pensado para durar toda la vida y que además de deportivo es muy vestidor, porque es tal la calidad de sus acabados y sus materiales que queda bien en cualquier situación.
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En el cristal, detalles que no pasan desapercibidos para el aficionado: no solo los reflejos, sino los colores, la leyenda lithium, el icono de la alarma, el buzo……detalles y detalles.
Si hace unos días presentado el DW-300 hacía mención a la ¿perfeccción? del modelo, el DW-1000 está más cerca probablemente de ser uno de los mejores relojes que jamás ha construido Casio, prueba de ello es que sigue tan fresco, tan robusto, elegante, tan funcional como hace 40 años, tiempo que parece que no haya pasado en absoluto. En la muñeca se siente tan bien, con el tamaño y peso justo, proporcionado, con buena visibilidad, elegante y deportivo…un reloj que entra en el top ten de la colección con argumentos más que de sobra.
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