Buscando por ahí alguna rareza en Damasco, me encuentro con una micromarca noruega, Straum.
Dos cosas me llaman la atención de éste reloj. Una, su increíble esfera fumé.
Ésta se ve como si estuviera pacientemente golpeada hasta dejar ésta textura. La presentación de la esfera, según el fabricante, recuerda a las pomposas descripciones de los de Grand Seiko.
Ondulaciones en un lago. Un glaciar. El fondo del mar. La esfera del Opphav captura las texturas de la naturaleza noruega en un patrón tridimensional único. La esfera de acero estampado ha sido cuidadosamente tratada con múltiples capas de laca para crear un efecto de profundidad que alberga un paisaje en miniatura de crestas y valles que resplandece a la luz directa y se posa suavemente cuando la luz se atenúa.
El fabricante cita el uso de laca para la esfera. No sé si será laca natural, o un lacado acrílico o artificial.
La otra cosa que me gusta es la mencionada caja de Damasco.
El damasco es un milhojas de múltiples capas de dos aceros distintos unidos en forja, uno blando y flexible, y otro más duro, que trata de obtener máxima resistencia. El resultado es un patrón similar al de la madera.
La trasera del reloj es espectacular, como podemos ver en la imagen. Un fondo semivisto, con una imagen 3D de un paisaje noruego, y el calibre Sellita 200 (no todo va a ser perfecto, es de grado bajo, por lo que veo en el volante, y sin decoración) modificado para no tener posición fantasma de fecha.
Dimensiones, y tal en el siguiente esquema.
El reloj es de 41mm, medida que para mí es perfecta, y para los ofendiditos no… Aparte, para los tiquismiquis, es un 10ATM.
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