Hola a todos. Ando preparando un hilo potente sobre mi tema obsesivo (ya sabéis, los relojes de cabina de avión), pero en este intermedio ha llegado a casa un nuevo aparatito con agujas y me ha parecido que dedicarle unas líneas podía estar bien. Asi que ahí va.
Para quienes amamos los coches (casi todos los hombres, y bastantes mujeres, por cierto) y ya superamos el medio siglo hay una serie de iconos que nos han marcado desde pequeños y a los que no es posible sustraerse, pasen los años que pasen. Cuando yo era un mico (3/4 años) unos Reyes me sorprendieron con un regalo alucinante: un Chaparral. ¿Que qué coño era un chaparral? Pues un coche de carreras de bastante éxito en los USA
y que con el tiempo se convertiría en un engendro que llevaba el efecto suelo hasta su extremo, antes de que Colin Chapman hiciera de ello ley implacable en Fórmula 1. El mío, lógicamente, era a pedales.
Aquello descubrió para un servidor un mundo apasionante de ruido, velocidad y olor a gasolina. Lo siguiente que descubrí fue el coche que más me ha marcado en mi vida, y que a día de hoy sigo considerando insuperable: el Porsche 917
…el cual se cebolleó en Le Mans a comienzos de los 70, y ante las restricciones legales hubo de emigrar para competir en el campeonato más salvaje y sin limitaciones que existía en el planeta: la Can-Am. Donde también corría el Chaparral, por cierto.
El 917 se había hecho mundialmente célebre no ya por sus victorias en el mundial de resistencia, sino por el poder de la gran pantalla: a sus mandos un terrible Steve McQueen volaba por el circuito francés y, de paso, lucía un Tag Heuer que a muchos ha fascinado desde entonces. El cine proyectó al coche, al actor y al reloj hasta convertirlos en iconos.
‘A pesar de que él ya era millonario, podía discutir durante horas para que los productores le pagasen 100 dólares más por salir con su propio reloj en una película’ (de Steve McQueen. Fuente La turbia vida de Steve McQueen: drogas, pistolas y maltrato | Vanity Fair )
Pues bien. El año pasado los chicos raros de OVD se decidieron a lanzar en Kickstarter un relojete inspirado en la Can-Am, y servidor tardó cero coma en subirse al carro. (https://www.kickstarter.com/projects/ovd-object1/ovd-racing-car-inspired-f-01-automatic-watch/description). Más de medio año después, ya ha llegado. Y os lo presento.
El envío viene del lejano oriente, y como bien dijo TX200 hace unos días, es un hacha el remitente, con un desglose teórico perfecto para servir de pienso a los carroñeros, de manera que sigan pasando hambre.
El recipiente de cartón estándar
y el cintillo de cartulina también estándar
albergan una muy atractiva caja
con apertura hacia los lados
que deja ver la tarjeta de garantía y una tarjeta informativa
El código cromático es inequívoco: está claro que la petrolera Gulf ha dejado su impronta en todos estos clichés culturales que han trascendido hasta adquirir personalidad propia.
El reloj alberga una Miyota 9122, que dispone como curiosidad de sendos marcadores bicompax con el día de la semana y el mes del año, ambos en escala numérica. Ventana con fechador a las 6, corona tipo llanta y trasera vista
con rotor decorado
Y, eso sí, el reloj viene fabulosamente ajustado en lo que a precisión respecta. Corona estriada, carrura limpia con cepillado y un sorprendente escalón
Somos víctimas de la nostalgia, y el cine y los relojes no hacen sino potenciar esa sensación. Llegamos hasta a comprarnos sudaderas temáticas, y este reloj es un buen complemento para lucir nuestra mitomanía con orgullo
Espero que os haya gustado. Hasta otra, chicos.