El Baselworld se lleva todos los años los titulares y los focos. Y su importancia tiene, por supuesto. Pero el Baselworld es una feria de marcas de consumo y productos terminados, y en mi opinión tiene demasiado de espectáculo de cara al público. Nunca me he creído los números que se comentan en esa feria.
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Más realista es el salón internacional EPHJ-EPMT-SMT en Genf. Ahí se reúnen los verdaderos cortadores de bacalao del sector. Lugar ideal para tomar la temperatura del negocio.
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Tras algunos años registrando bajadas en el número de visitantes y volumen de negocio, parece que este año ha habido una subida moderada. Pero el dato tiene truco, porque la feria no va solo de relojes, sino de tecnología para medicina y microtecnología. Vamos, que las empresas que antes se dedicaban a vender máquinas, software, etc. para la fabricación de relojes están buscando nuevas vías de negocio en otros ramas como la medicina.
En esta feria se dan cita muchas empresas desconocidas para el gran público, pero son empresas que están en la vanguardia de la relojería y la tecnología. Muchas grandes nombres que todos conocemos dependen de otros nombres como Almac, Agie, Tornos o Bumotec.
Por ejemplo la empresa Dubois Depraz es una de las grandes vendedoras de módulos. Más allá de cualquier romanticismo que nos venden las marcas, esta empresa hace módulos básicos o con complicaciones y vende a granel: ETA, Sellita o Soprod A10.
Aquí no se vende la imagen del típico maestro con bata blanca concentrado en un calibre, sino aparatejos como estos.
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¿Te creías que Nomos se hace sus propios calibres? Es lo que nos venden, y en parte sí. Pero en realidad son empresas como Feller Pivotage y Carl Haas las que han desarrollado casi toda la tecnología que ahora usa Nomos. Después son las marcas finales las que compran estas tecnologías, a veces en exclusiva, a veces no.
Y bueno, aquí lo dejo. Esto solo es una nota. Ya veis que no tengo una imagen muy romántica del sector.