Quizás muchos ya lo habréis leído en el último sumplemento “El Semanal” , como por aquí tiene un buen número de seguidores entre los que me encuentro me ha parecido interesante darlo a conocer … Un lector de Narón (A Coruña) le pregunta por su Speedmaster. Copio y pego :
Pregunta
Su reloj , y no me refiero al Rolex que desde hace veinte años lleva , sino al otro , al Omega Speedmaster de reportero , ¿ donde está ? ¿ Que fué de él ? Estoy seguro de que tiene una buena historia que contar.
Respuesta
Ganó su digna jubilación tras dos décadas de fieles servicios. Limpio y aceitado , en perfecto estado de funcionamiento , se encuentra en un estuche de cuero donde descansa honradamente , con su brazalete y caja de acero y su cristal lleno de arañazos tan parecidos a cicatrices. A veces lo saco del estuche y recuerdo su agitada biografía.
En una respuesta, nos ha hecho un relato y descripción de un reloj “de guerra”. Genial escritor y tipo. Tuve el gusto, hace años, de conocer y charlar con sus padres. De tal palo, tal astilla.
Qué buen aporte, gracias por compartirlo. al fin y al cabo supongo que es para lo que valen los relojes además de para marcar el tiempo, para acumular años de historias.
Pues… a mí la respuesta me deja un poco perplejo, yo al menos no sería capaz de dejarlo dormir, una máquina parada es una máquina que tiende a estropearse; o, tirando por una de sus vertientes literarias, una hoja que no se usa se llena de herrumbre…
En cuanto a si está por estos lares, primera noticia; pero si está, lo disimula estupendamente…