Me considero una persona muy aficionada a los relojes. Una de las cosas que más me gustan de los relojes es que me cuenten una historia; Y por eso mismo me gustaría contaros esta.
El 17 de febrero de 1864, el USS Housatonic se encontraba en misión de bloqueo unionista en la bahía de Charleston. Ninguno de los tripulantes vio venir el peligro que les acechaba desde el fondo del mar.
En un intento desesperado para romper el bloqueo naval, el ejército confederado lanzó a la acción a su sumergible “Hunley”, comandado por el teniente George E. Dixon y una tripulación de siete voluntarios.
Aprovechando la oscuridad de la noche, el Hunley tuvo la oportunidad de acercarse sigilosamente y hacer impactar su único torpedo contra el casco del USS Housatonic provocando daños estructurales tan grandes que este se hundió rápidamente en la bahía. El USS Housatonic tuvo el terrible honor de convertirse en el primer barco de guerra hundido en combate por un submarino. Sin embargo, la explosión también afectó al Hunley haciendo que este se hundiese junto a toda su tripulación.
Muchos de vosotros os preguntaréis por qué presento a modo de introducción esta trágica historia. En el año 2000, el submarino Hunley fue reflotado y sorprendente se había conservado de manera casi intacta. Dentro del submarino se encontraba aun toda su tripulación en sus puestos de combate por lo que parece que la explosión no causó graves daños en su estructura, pero la presión de la onda expansiva o la acumulación de CO2 fueron los motivos más probables para convertir el submarino en un macabro sepulcro marino.
Entre los múltiples objetos personales recuperados de la malograda tripulación, me gustaría destacar el reloj de bolsillo del comandante de la nave, el teniente Dixon y que podemos ver a continuación, antes y después de su parcial restauración.
Bien, pues ese reloj es lo que se denomina como un “Liverpool Runner” : uno de los mejores exponentes de relojería que realizaban en el área de Liverpool y que se exportaban al incipiente mercado de USA a mediados de la década de 1850. Y aquí uno de mi colección.
Los llamados “Liverpool Runners” (definición moderna que se ha adoptado para nombrar a este tipo de ébauches) son aquellos movimientos con el trinquete de ajuste de tensión del fusee expuesto en la placa superior (como podemos observar a la izquierda de la imagen superior) y con el tren invertido (posiblemente para reducir la fricción). En este caso, la leva del escape se sitúa a la izquierda de la rueda de escape y no a la derecha como es habitual. Una de las posibles ventajas de esta configuración especial en un mecanismo (aparte de reducir considerablemente la tensión que efectúa el muelle real sobre la rueda y el piñón de transmisión) es que el conjunto del escape queda más protegido ante una posible rotura de la cadena del fusee. En la siguiente imagen podemos apreciar con nitidez la naturaleza de esta curiosa disposición.
Y aquí una imagen del dial de esmalte con el subsegundero hundido, que se puso en boga circa 1840. En este caso mi reloj está fechado en 1857 y equipaba el revolucinario escape de palanca (en este caso un Massey III.
Otra de sus características son sus enormes joyas (corindiones, zafiros, cuarzos, diamante en el eje del volante) que utilizaban en la construcción de este tipo de relojes (con un conteo de entre 17 y 20) pero no tan espectaculares como los Liverpool windows, primos de los “Runners”. Fijaos en su tamaño… de ahí el sobrenombre de “ventanas”.
El volante solía se de oro macizo o de acero muy pulido. el primero le confería más estabilidad frente a los cambios de temperatura para evitar la ovalización del mismo. Eran relojes caros y precisos que encontraron un incipiente y pudiente mercado en USA.
Este tipo de relojes nos acerca un poco más a una época donde los relojeros ingleses innovaron en aspectos técnicos y a su vez se centraron en detalles estéticos para hacer más atrayentes sus productos al comercio de exportación dirigido al nuevo continente. El sello de Liverpool se convirtió en sinónimo de calidad.
Bueno, espero que os haya gustado. Yo cada vez que lo pongo en marcha, me da por pensar en ese teniente y su sumergible. Aquí tenéis el artículo completo.
A “Liverpool Runner” By Joseph Johnstone - SaFonaGastroCrono