Espero que no moleste este post, ya que al leer el del compañero Charlitos “El reloj de D. José” me ha venido un flash, ya que yo también conservo el reloj de mi abuelo, que también era D. José.
No tuve la suerte de Charlitos, a quien su abuelo le ha entregado personalmente hace poco ese fabuloso Omega de oro. De mis dos abuelos, el materno, D. Pedro Hernández Pérez, falleció antes de que yo naciese, y mi abuelo paterno, D. José López Aniorte falleció cuando yo tan sólo tenía 2 años, a punto de cumplir 3. Para mi suerte, tengo una memoria estupenda y conservo recuerdos de tan temprana edad, así que le recuerdo perfectamente. Cuando yo cumplí los 18 mi padre me entregó lo que para nosotros es un tesoro, aunque sea un reloj más humilde.
Es un DOGMA PRIMA, chapado en oro, y que se conserva perfectamente, sin apenas rayones, con el plexi en buen estado, y la maquinaria dando la hora infatigable. Estas fotos son de antes de ponerle la correa que luce ahora mismo:
Espero que os guste, para mí, al igual que el Omega para Charlitos, es un tesoro con mayúsculas que de vez en cuando me doy el gustazo de ponerme.
Pues es una preciosidad. Guárdalo y mímalo como se merece, pues los recuerdos familiares son, sentimentalmente hablando, los mejores, y en especial los relojes. Pequeños objetos que usaron nuestros ancestros y que perduran hacen que les recordemos y no hay nada mas bonito.
Gracias por enseñarlo, que lo disfrutes con salud muchos años.
Saludos.
Un reloj para custodiar toda la vida y cuidarlo para la próxima generación. Hoy el foro, está especialmente sensible, no puedo evitarlo, me encantan estos momentos tan humanos, lejos de el mundanal ruido del día a día.
Hubo una época en la que esos Dogma fueron archipopulares. Y creo que no salieron tan malos, de hecho muchos todavía los tenemos en perfecto estado de funcionamiento.
Sinceramente, con ese valor sentimental, yo me plantearía el volverlo a dejar como cuando era nuevo y lo luciría tu abuelo con una edad que quizá no fuera tan distinta de la que tienes hoy.
mmmmm, buena cuestión y buen debate saldría de aquí, compañero. Mira, en mi opinión (tan particular como el patio de mi casa :D), si el reloj no fuese el de mi abuelo, sino que me hubiese llegado por otro conducto ni me lo planteaba, si por calidad y estado mereciese la pena el gasto lo mandaba a restaurar y lo dejaba a nuevo. Si el reloj de mi abuelo no funcionase, o tuviera el plexi roto, o el chapado picado… también lo mandaba restaurar. Ahora bien, en el estado en que el Dogma me ha llegado, con la maquinaria funcionando primorosamente (hace 15 años +/- se mandó limpiar y ajustar a un buen relojero), la caja con su chapado en oro en buen estado, la esfera, plexi y saetas mostrando una ligera pátina pero que para nada afean el reloj… no, no me planteo restaurarlo porque entonces ya nada distinguiría este DOGMA de otro que pudiese comprar en la bahía y mandarlo restaurar.
De este mismo abuelo heredé una radio de válvulas, una Invicta Bombay, la cual como no tiene problemas de carcoma ni nada, le mandé restaurar el mecanismo, que ahora funciona estupendamente, pero la caja, el dial, los mandos de baquelita y hasta una calcomanía de Goofy que mi padre siendo un crío pegó en el cristal del dial siguen ahí. Es la radio de mis abuelos, y tiene un lugar privilegiado en mi casa.
De todos modos, agradezco y mucho tu opinión. Un saludo.