Resulta que como bien sabéis algunos, y a pesar de la indubitada condición hetero de un servidor, sólo me faltaría tener plumas para estar en mi medio favorito. Si a eso unimos que los aviones y la historia militar constituyen el 80 % de mi biblioteca ya os podéis hacer idea de lo emocionado que estoy con este nuevo juguetito que acaba de llegar…
Os pongo en antecedentes. Durante la batalla de Inglaterra no sólo pilotos británicos combatieron en los cielos del Canal e isla. En este foro bien lo sabemos, pues tenemos Eagles y Majeteks, así que me ahorro esa parte de la historia. Lo que no se conoce tan bien es el papel desempeñado por los pilotos de las otras partes del Imperio y países anglófonos. El cine yanqui ya se ha encargado de mostrarnos en Pearl Harbor a los americanos enrolados en la RAF.
Pero poco se habla de canadienses, neozelandeses y australianos. Y ahí quería llegar yo.
Los aussies son gente muy brava, aunque les den de revés y de cara. El contingente ANZAC fue vapuleado en Gallipoli, durante la I GM, y a pesar de ello siguieron peleando como fieras.
En la historia de los pilotos australianos que intervinieron en la II GM destaca uno muy principalmente: Paterson C. Hughes. Su historia es apasionante, de modo que os dejo un enlace a la recreación que de su figura ha hecho en youtube TJ3, un yutiuber especializado en aviación militar y animación.
El caso es que hace algunos meses me enteré de que existía una marca que hacía relojes tomando como base o inspiración ciertos artefactos que el hombre ha creado para desplazarse: coches, motos, aviones… me pareció curioso, husmeé en su web para ver cómo era el tema de un Mustang, cuya chapa habían usado para personalizar una determinada serie, y ahí acabó la cosa.
Sin embargo, tras ver el docu de TJ3 me percaté de que había un sponsor de su video. Y era la marca de relojes que ‘reciclaba’ material de trastos con historia. Y que habían hecho un reloj con los restos del Spitfire X4009, el que pilotaba Pat Hughes, el más laureado as de la aviación australiana, cuando fue derribado sobre Inglaterra. El resto os lo podéis imaginar…
Vamos con el temporero en cuestión: llega en una especie de caja que más parece una lata donde se esconde whiskey escocés que otra cosa
El logo hace referencia a la naturaleza relojera mecánica de la marca, pero su perfil está claramente inspirado por la heráldica (@Gasparacha diría que es el escudo del Barça, pero yo prefiero pensar en el del Ala 31 del EA)
La lata se abre por arriba, donde se encuentra de nuevo el escudo troquelado
y al quitar la tapa aparece una estructura protectora de espuma con aspecto de ‘caja fuerte’
en cuyo interior se encuentra bien embalada una funda de piel con el logo marcado mediante golpe en seco
y dentro de la cual viene también el típico código QR que te remite a la marca
La funda es de piel, agradable de sostener y dispone de unos corchetes que, muy inteligentemente, abrazan la almohadilla a la que va asido el reloj, a la vez que permiten cerrar la misma funda. Yo ya andaba nerviosito perdido, deseando que apareciera el prota. Se intuía…
y, sin quitarle el plástico frontal, le hice las primeras fotos
A mí el diseño me tiene enamorado. Uno, que es muuucho más de fliegers que de divers, pocas veces ha visto tan bien resueltas las facetas que se buscan tradicionalmente en un reloj de esta estética y, en su día, funcionalidad
Una trasera vista, limpia y no exenta de cierto gusto
se completa con un cierre mariposa adaptado a la correa de cuero, ingenioso y práctico cuando ya lo has ceñido a tu muñeca
Se trata de una serie limitada, y así viene marcado en la carrura con el número correspondiente.
Me ha parecido especialmente bonito el grabado del logo de la marca en el cierre
Pero, por supuesto, lo más destacable es la mención al piloto homenajeado… (BoB no es un apelativo de Roberto en este caso, dear @TX200 , sino el acrónimo de Battle of Britain. Lo digo para los no iniciados en estos rollos aeronáuticos, que tanto nos gustan a Roberto y a unos cuantos más en esta casa)
… y a su aeronave. Esa en la que perdió la vida al ser derribado sobre suelo inglés
y parte de cuya superestructura de aluminio ha sido usada para configurar el dial small seconds. No me digáis que llevar en la muñeca un pedacito de avión cuya historia conocemos bien no es tremendamente emocionante.
Si le metemos la macro al movimiento se pueden percibir las tripas de su cuidada y modificada SW 461-1
y disfrutar con el espectacular diseño vaciado de su masa oscilante. El espíritu de uno de los cuatro únicos Spitfire Mk I en vuelo que quedan viene hacia nosotros head on…
Y digo esto último porque el reloj es caro, a qué negarlo, pero saber que parte del dinero gastado va a subvencionar el proceso de restauración de ese X4009 es un pequeño alivio al cargo de conciencia, y le reconforta a uno pensar que de los 844 ejemplares que se han hecho de cada color apenas si quedan a día de hoy 27 del aquí presentado, 34 del azul y 80 del negro. Mucha gente ya ha contribuido, pues, a que este proyecto de traer de nuevo a la vida al que fuera último cobijo de su piloto (héroe nacional en Australia) llegue a buen término.
Espero que os haya gustado.
Ad astra per áspera